PENAS
conocido, el poema Del ay al ay por el ay, muy representativo de su atormentada búsqueda espiritual en la etapa católica, se estructura en tres momentos del ciclo biológico: del ay (nacimiento) al ay (muerte) por el ay (vida). Marie Chevallier lo resume así: "Pena de nacer, morir y vivir en un cuerpo de carne impura, indigno del amor de Dios." Y en otro lugar: "La maldición divina está en el origen de la pena de vivir que expresa el lamento: Del ay al ay por el ay". El dolor sobreviene por los castigos. Para la mujer: Con dolor parirás (Gen 3, 16). Para el hombre: Maldita sea la tierra por tu culpa... te dará espinas y cardos (Gen 3, 17s). Comerás el pan con el sudor de tu frente (Gen 3, 19). Para los dos: Polvo eres y en polvo te convertirás (Gen 3,19) y la pérdida del Paraíso: Arrojó, pues, al hombre (Gen. 3, 24).

E
ste sentimiento de exilio lo expresará muy brillantemente Miguel Hernández en su Oda a Vicente Aleixandre, que se abre con "Tu padre el mar te condenó a la tierra / dándote un asesino manotazo..." Sobre su propio trágico destino escribirá dos títulos mayores: Sino sangriento y Mi sangre es un camino.

L
eamos detenidamente el intenso poema de los tres ayes...

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