|             SI 
                    CUANDO LEAS ESTOS VERSOS...
 Si 
                    cuando leas estos versos soy ya un poeta muerto, respira aquí sin prisa,
 detente quizá a cortar una hierba cercana
 y mira hacia esas nubes que yo miraba a veces.
 Si cuando leas estos versos no miro ya a esta tierra
 ni me duelen los ojos ni me acobarda el tiempo,
 si no tengo ya voz ni me rodea el aire,
 estréchame la mano y el recuerdo
 como se estrecha un hijo o una sombra.
 Si cuando leas estos versos ya han volado
 las plumas de mi mesa, mi máquina oficiosa
 y el aleteo cojo de las teclas,
 repara en lo morado de este viejo horizonte
 y en esas pocas cosas que yo también nombraba.
 Si ya pasé y sobre mí se cerraron
 las hojas del otoño como un libro,
 me leerás tan sosegadamente,
 tan lento y sin envidia,
 con tanta nieve de piedad y silencio
 como recuerdas la caída de los copos de niño.
 Si cuando leas estos versos soy ya un poeta muerto,
 nombra a Dios quedamente, lleva
 hacia el monte los ojos,
 sigue el ruido del agua y dirige
 la humildad de tu rostro
 hacia el olor de un lleco de tomillo
 (o al beso sin aristas de una mañana de niebla).
 Si te guía en estos versos
 solamente el amor, solamente el perfume,
 piensa que estoy contigo
 yo que la vida amé,
 que estoy aquí y te doy
 el alma en estas letras.
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