C
uando te voy a escribir se emocionan los tinteros: los negros tinteros
fríos se ponen rojos y trémulos, y un claro calor humano
sube desde el fondo negro. C
uando te voy a escribir, te van a escribir mis huesos: te escribo con
la imborrable tinta de mi sentimiento. A
llá va mi carta cálida, paloma forjada al fuego, con las
dos alas plegadas y la dirección en medio. A
ve que sólo persigue, para nido y aire y cielo, carne, manos, ojos
tuyos, y el espacio de tu aliento. Y
te quedarás desnuda dentro de tus sentimientos, sin ropa,
para sentirla del todo contra tu pecho. A
unque bajo la tierra mi amante cuerpo esté, escríbeme a
la tierra, que yo te escribiré. |