Oigo un latido de cartas
 
 

  

E
n cordiales versos romanceados, los únicos de El rayo que no cesa, ensaya Miguel –nos referimos al poema Carta– dramáticas y humanísimas reflexiones sobre la comunicación epistolar. Con el teléfono y el ordenador hemos perdido el placer de escribir y recibir epístolas, pero por aquellos años de los trenes-correo y carteros voceando nombres en patios, cuarteles o trincheras, eran las cartas el pan del cariño en la distancia (Tus cartas son un vino), el vino apasionado y generoso:

E l palomar de las cartas
abre su imposible vuelo
desde las trémulas mesas
donde se apoya el recuerdo,
la gravedad de la ausencia,
el corazón, el silencio.

O igo un latido de cartas
navegando hacia su centro.

D onde voy, con las mujeres
y con los hombres me encuentro,
malheridos por la ausencia
desgastados por el tiempo.

C artas, relaciones, cartas:
tarjetas postales, sueños,
fragmentos de la ternura,
proyectados en el cielo,
lanzados de sangre a sangre
y de deseo a deseo.

 

 


L
a bella metáfora carta/paloma las equipara en blancura y diseño (con las dos alas plegadas...), símbolos de paz en milenario vuelo de mensajería. Oigo un latido de cartas: un pedazo de corazón viaja –fragmentos de la ternura– en el sobre. Malheridos por la ausencia: ¿quién como Miguel para expresar ausencias, soledades, despojos?

A unque bajo la tierra
mi amante cuerpo esté,
escríbeme a la tierra,
que yo te escribiré.


El estribillo, que da unidad y sangre a todo el texto, nos recuerda que estamos en guerra. Curiosamente nacen estos versos de un poemita del Miguel reciénenamorado (Tus cartas son un vino), que dedica A mi gran Josefina adorada. Escribía ya entonces: "Aunque bajo la tierra / mi amante cuerpo esté, / escríbeme, paloma, / que yo te escribiré".
Subraya ahora el tema de la tierra, desarrollado en Madre España: "Tierra: tierra en la boca, y en el alma, y en todo. / Tierra que voy comiendo, que al fin ha de tragarme. / Con más fuerza que antes, volverás a parirme, madre..."
En este poema establece una suerte de Comunidad de los Santos con todos los muertos. (Se habla, en católico, de Iglesia militante, purgante y triunfante como vínculo espiritual entre vivos y difuntos.) "Decir madre es decir tierra que me ha parido; / es decir a los muertos: hermanos, levantarse; / es sentir en la boca y escuchar bajo el suelo / sangre."
El 14 de mayo de 1936 declara su loco amor: "Hasta la tuya que espero con ansia, sabes que te quiere y te querrá siempre, Miguel, que no podrá olvidarte ni aunque le corten la cabeza..." Y el 8 de abril de 1940: "Si no fuera porque deja uno de querer en cuanto se muere, me moriría por lo barato que se está en la tierra.
"

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