La neblina

Pienso que la neblina es acaso el aliento
de Dios soplando el alba, empañando el paisaje...
¡No me lo rompas, sol! ¡No me lo lleves, viento!
Dejad que Dios respire junto a mí.

Dulce María Loynaz

 

 



Ramo de poemas

 

 

Siguiente