AMO A DIOS y le siento en los pequeños milagros de cada hora:
en el fuego de la poesía, en el dorado vuelo de la danza, en
los latidos blancos de la música...

AMO A DIOS y ausculto latidos
de su Pecho en el flujo y reflujo
del mar sobre la playa, en la
dulce marea de luz de las
vidrieras, en el duro chasquido
del relámpago, en las calientes nanas de la lluvia...

AMO A DIOS porque, a la luz
del Crucificado, voy descifrando rutas, atajos de salvación por
las oscuras sendas
del sufrimiento...

AMO A DIOS y reconozco su
Voz, su Presencia por los
íntimos claustros del corazón...

AMO A DIOS porque si no es
de Dios ¿de dónde me nace
la dulcísima primavera de amor
que estalla hoy por los
jardines de mi vida?...

AMO A DIOS y creo en Jesús resucitado, de brazos
abiertos, corazón en ascua
y alas de Dios...

AMO A DIOS y lo descubro
en la mirada azul del niño,
ventana pura por donde
se asoma el Padre de la Vida
y contempla con ternura su creación...

 

 

 

          
  
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