Si 
                                        abrimos bien los ojos, a lo mejor descubrimos 
                                        a nuestro alrededor rendijitas de luz, 
                                        por donde, como un beso, como una hoguera, 
                                        se nos acerca la Presencia amorosa de 
                                        Alguien que nos protege y convoca.
                                      En 
                                        el año 2.000 escribí un 
                                        libro, Buscando a Dios entre las luces, 
                                        que explora el lado gozoso de la búsqueda 
                                        de Dios: el encuentro con Él. Para 
                                        curiosear una breve presentación 
                                        escrita por Pedro Casaldáliga, 
                                        pulsa aquí.
                                        
                                        