|  
         
      Tan cerca como le tuve 
        y dejé que se me fuera. 
        Malhaya la posadera. 
      Y eso que les vi la luz 
        nimbando sus sienes, pero... 
        Malahaya sea el posadero. 
      Malhaya la posadera 
        que me dijera que no 
        abriera. Malhaya yo. 
      Malahaya yo que les vi 
        la luz y no les retuve. 
        Tan cerca como le tuve. 
      Y ahora tan lejos, temblando 
        sobre el heno y la retama. 
        Malhaya mi blanda cama. 
      Carlos Murciano 
       |