A veces a mi padre traigo al sueño
y que estoy a su lado me parece.
Me reconozco un ser torpe y pequeño,
un niño silencioso y que no crece.

Como en aquel poema de Machado
siento que sobre el tiempo padre mira
y ve que soy un pobre niño ahogado
que a la orilla de un río ni respira.

A veces sueño con mi padre, y llega
su lejana figura que me entrega
una piedra con una luz por dentro.

Y luego me doy cuenta al despertarme
que aquella piedra tuvo que alumbrarme
porque ahora algo más lúcido me encuentro

 

 

 

 

 

 

 

 

                     

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