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Desencuentro
en la noche

5,6b-8

 
Perder al amado es como perder el corazón, perder la luz, sumirse en noche oscura (5,6b):


¡S e me fue el alma tras él!
Lo busqué y no lo encontré.
Lo llamé y no ha respondido.

Nos viene, sin duda, a la memoria la angustiosa búsqueda del amado que ya analizamos (3,1-3). No necesitó en aquella ocasión llamarle a voces, y al fin pudo abrazarle y disfrutar su amor en fiesta.

Juan de la Cruz inicia su Cántico espiritual con la demanda urgente de un alma dolorida (con gemido) y desafiante (clamando): "¿Adónde te escondiste, / Amado, y me dejaste con gemido? / Como el ciervo huiste, / habiéndome herido; / salí tras ti clamando, y eras ido" (Cántico 1).

La pérdida –muerte– de Dios, el silencio del Amado ausente es tema que preocupa también en nuestro tiempo. Juan José Domenchina, el exiliado poeta que tanto amó Ernestina, ha expresado, por la roja bengala de un soneto, su búsqueda de Dios en la noche asfixiada del corazón: "Te busco desde siempre. No te he visto / nunca. ¿Voy tras tus huellas? Las rastreo / con ansia, con angustia, y no las veo. / Sé que no sé buscarte, y no desisto. // ¿Qué me induce a seguirte? ¿Por qué insisto / en descubrir tu rastro? Mi deseo / no sé si es fe. No sé. No sé si creo / en algo, ¿en qué? No sé. No sé si existo. // Pero, señor de mis andanzas, Cristo / de mis tinieblas, oye mi jadeo. / No sufro ya la vida, ni resisto / la noche. Y si amanece, y yo no veo / el alba, no podré decirte: He visto / tu luz, tus pasos en la tierra, y creo".


M e he tropezado con los guardias
que patrullan la ciudad.
Me golpearon, me hirieron,
me arrancaron el chal
los vigilantes de la muralla.

Esta vez el encuentro con la policía le está costando sangre (5,7). La desprecian, la maltratan como loca putilla de la noche.


¡M uchachas de Jerusalén,
os lo suplico! Si encontráis a mi amado,
¿qué habréis de decirle?:
¡que desfallezco de amor!


Se dirige la enamorada a un colectivo de mujeres, pidiendo ayuda (5,8). Celestinas por una noche, habrán de pasarle al esposo un telegrama urgente: desfallezco de amor. Existe un curioso paralelismo entre la novia del Cantar y Mira Baj, mística hindú contemporánea de Teresa de Ávila. La ausencia de Krisna, divinidad del amor, la tenía postrada: "Como una hoja otoñal / palidezco. / La gente cree que estoy enferma. / Mi padre llama al doctor. / Pero él no puede ver mi pena secreta, / esta separación / que desgarra mi corazón. // Ven, mi Señor, / revélate a mí".

      
          
   
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